No obstante, también puede ocurrir que no llegue a sentir los efectos de estos cambios e, incluso, se adapte a ellos, pero que pierda los insectos polinizadores que compartía con otra que sí ha desaparecido como consecuencia del cambio climático.
El primer resultado que arroja este trabajo muestra que las redes mediterráneas podrían llegar a sufrir mayores pérdidas de biodiversidad por acción directa del cambio climático. En concreto, en las dos redes mediterráneas que se han estudiado, las especies, de manera aislada, tienen más probabilidades de extinguirse. Los investigadores creen que es consecuencia, en parte, del mayor grado de endemicidad de la comunidad vegetal de esta zona, donde las plantas tienen una distribución restringida y rangos climáticos más estrechos.
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